
ESE LUGAR

Ese lugar donde siempre
me reciben al llegar,
sin importar cuanto tiempo
he tardado en regresar.
Ese lugar conocido
donde me gusta volver,
donde quisiera quedarme,
donde me quiero perder.
Ese lugar de refugio
contra toda tempestad,
contra cualquier enemigo,
contra tanta soledad.
Abrazo de luna llena,
tus brazos me salvarán,
-ese lugar son tus brazos,
¡no me dejes de abrazar!.

DESDE LA NIEBLA
Desde la niebla, me llega tu recuerdo,
o puede que te acabe de inventar,
o puede que hayas sido solo un sueño
que yo quise que fuese realidad.
Me saludas, con el cabello al viento,
con la sonrisa triste que un día conocí,
o puede que eso nunca sucediera
y seas el fantasma del tiempo que perdí.
Será mejor fingir que no te veo,
o puede que no sea lo mejor,
o puede que me esté volviendo loca
porque me está gustando tenerte alrededor.

ÁNGEL DE LA GUARDA
Se que siempre me acompaña
porque percibo su olor,
de dulce de arroz con leche
y canela con limón.
Era el olor que flotaba
por toda la habitación,
mientras de niña rezaba
como mamá me enseñó.
Espera junto a mi cama
cuando me voy a acostar
y nunca se duerme antes
de que yo empiece a soñar.
Pasa la noche conmigo,
como el amante mas fiel,
y se marcha despacito
antes del amanecer.
Tengo que darle las gracias
por tanta dedicación,
por su invisible certeza,
por vivir en mi ilusión.
Me salva del desencanto
creer en él , todavía,
“Angel de la guarda, dulce compañía,
vélame de noche, cuídame de día”.

LA HIERBABUENA
Está llorando el cielo que nos mira,
empapando su pena nuestros pies,
-si estuvo tanto tiempo indiferente-,
¿que llora hoy, que no llorara ayer?
Ya no esconde, en las nubes, sus pesares,
no se disfraza de cielo feliz,
nos enseña, por fin, su desencanto
y se derrama sobre esta tierra gris.
Demos la bienvenida a su tristeza,
recibamos felices su dolor,
las penas se parecen -todas ellas,
no voy a preguntarle su razón
Cuando no queden lágrimas guardadas,
cuando no quede nada que llorar,
con el perfume de tierra mojada,
sabremos que ha podido perdonar.
Un tibio sol enjugará su rostro,
vendrá la primavera que se fue,
despertarán, por fin, la hierbabuena,
el tomillo, el romero y el laurel.

EL ARCO IRIS
El arco iris dibuja el horizonte,
la libertad ya puede despertar,
está de fiesta la hierba del camino
porque ha salido el amor a pasear.
Lloraremos tan solo de alegría,
gritaremos tan solo de emoción,
y luciremos todas las heridas
que hacen hermoso y fuerte el corazón.
Ya nada puede detener el viento
porque llega cargado de verdad,
vamos a celebrar que, todavía,
las utopías se hacen realidad.


CUERPOS DE CARTÓN
Me miran con unos ojos
difíciles de mirar,
porque reflejan preguntas
que no puedo contestar.
Me regalan su sonrisa
babeante de emoción,
desde una boca sin dientes
que toca mi corazón.
Me envuelven en unos brazos
que no saben controlar,
con unas manos que buscan
ahuyentar la soledad.
No siento ninguna pena,
ni tampoco compasión,
y no creo que procedan
de ningún “divino error”.
Son personas diferentes,
dependientes, inocentes,
que distinguen el cariño
la alegría y el dolor.
Almas que encontraron casa
en un cuerpo de cartón,
que alguien eligió por ellos
sin pedirles opinión.

LA FLOR DE MI JARDÍN
Me quedaré con el miedo
para dejarte el valor,
para que nada te duela
me haré dueña del dolor.
Rezaré por esas veces
en que te fálte la fe,
pactaré con el infierno
para librarte de él.
Perderé todas la guerras
en que tengas que luchar,
llevaré las cicatrices
que te vayan a marcar.
Acogeré los fantasmas
de la oscura soledad,
para que vivan conmigo
y a ti te dejen en paz.
Me ahogaré en mi propio llanto
porque no llores jamás,
te mantendré con mis alas
a salvo del temporal.
Moriré, si me lo pides,
para que puedas vivir,
¡viviré para quererte,
tierna flor de mi jardín!

DESPACIO
Déjame que te acaricie,
con dedos de amanecer,
que quiero amarte despacio,
ahora que nadie me ve.
Sueña que lo estás soñando,
que camino por tu piel,
con labios de terciopelo,
ansiosos de recorrer.
Mira que la luna mira,
celosa por conocer,
los rincones de tu cuerpo,
que a tientas visitaré.
Finge que sigues durmiendo,
que no te despertaré,
que quiero amarte despacio,
y luego me marcharé.

ME CONTARON DE PEQUEÑA
Me contaron de pequeña,
como a todas las demás
que las mujeres salimos
de una costilla de Adán.
Que Dios era masculino,
y es por eso, sin dudar,
que nos encargó a nosotras
lo de la maternidad.
Esta sublime tarea
nos tenia que encantar
pues llenaba de sentido
nuestra existencia mortal.
Pero la eterna rebelde
que siempre me acompañó
nunca sintió que tuviera
tan clara la vocación.
Como la vida te lleva
sin saber si quieres ir,
de la noche a la mañana
en madre me convertí.
Fueron hijos deseados
pues, ignorante de mi.
pensaba que lo difícil
terminaba con parir.
Sin saber y sin oficio
¡que bien lo cuenta Serrát!
lo hice lo mejor que supe
y no me salió muy mal.
Les enseñé las palabras,
les ayudé a caminar.
les preparé las papillas
y les cambié de pañal.
Les expliqué algunas cosas
imposibles de explicar,
sobre la paz, el respeto,
el amor y la amistad.
¡Tantas horas en el parque!
¡cuantas noches sin dormir!
y el recuerdo de sus risas
que me hacían tan feliz.
Con cariño y con esmero
cien errores cometí,
porque yo sigo pensando
que esto no era para mi.
Ayer acosté a mis niños,
(debió ser antes de ayer),
rodeados de peluches,
dormiditos los dejé.
Y cuando por la mañana
a su cuarto me asomé,
me dieron los buenos días,
un hombre y una mujer.

POR SI ME OLVIDO
Por si alguna vez me olvido,
-no te vayas a olvidar,
de que una vez me quisiste
sin importar nada mas.
Que el mundo se detenía
con el eco de mi voz,
y que mirando mis ojos
se paraba tu reloj.
Que romper con tu pasado
era lo mas natural,
porque tu vida, a mi lado,
acababa de empezar.
Que me decías bajito
-solo por verme reír-,
que yo sería tu reina
y me harías muy feliz.
Que mi cuerpo era tu playa
y mis labios, tu canción,
pues solamente conmigo
amaste haciendo el amor.
Yo no quisiera olvidarme,
¡no me dejes olvidar!
que aquella vez me quisiste,
sin importar nada mas.